¿Reconocés esos días en los que algo no salió como esperabas y, de repente, parece que todo lo que suceda después.. también va a salir al revés? ¿Te gustaría encontrar una forma de volver a tu equilibrio, incluso en días malos?
Hay muchas formas de tener un mal día. Por suerte, hay tantas otras de convertir un mal día en un buen día. En el artículo de hoy, te comparto el paso a paso que me funciona a mí.
Primero lo primero: reconocer que estás teniendo un mal día. Parece evidente, pero a veces no lo es: hay días en los que, quizás, vas tan en automático que a penas podés llegar a reconocerlo, pero es importante hacerlo.
Asumir que hay algo que no salió como esperabas, y hacerte cargo de que -tal vez- tus expectativas no se cumplieron, es un buen primer paso.
Lo que sigue, es poner la situación en contexto:
¿Es, realmente, tan grave eso que no sucedió como esperaba?
¿Tanto como para justificar que el resto de mi día sea un mal día?
Ninguna sorpresa: es probable que la mayoría de las cuestiones no lo justifiquen. Un gran poder se esconde detrás de ese «darse cuenta«.
«No tienes que controlar tus pensamientos, solo tienes que dejar de permitirles que te controlen a ti», Dan Millman.
Una vez que logres volver al presente con la mente, te invito a hacerlo con el cuerpo. Aquí, funciona muy bien hacer cualquier actividad que te ayude a salir de tus pensamientos.
Para descubrir la tuya, podrías preguntarte:
¿Qué actividad, cuando la hago -aunque afuera haya caos- me trae al momento presente?
Mi actividad favorita es pintar con acuarelas, pero la lista de actividades que te pueden ayudar a contectar con el momento presente es infinita.
Algunas ideas: tocar un instrumento, escribir lo que sea que sientas en ese momento, inventar un cuento, salir a caminar, saltar en el lugar, cantar, mover el cuerpo, escuchar música, comer algo rico disfrutando de la sensación del sabor en tu boca, abrir un libro en una página aleatoria y leerla, descalzarte y caminar sobre el pasto, escuchar el canto de los pájaros, mirarte en el espejo y sonreirle a tu reflejo.
¿El contexto no te lo permite? Entonces, tal vez simplemente podés llenar un vaso y observar la quietud del agua.
«Nada sucede hasta que algo se mueve», Albert Einstein.
Justo en el instante antes de hacerlo, quizás hasta parece que no va a funcionar.. pero siempre funciona. Es, nada más ni nada menos, que eso: poner unos segundos de tu día en el momento que estás viviendo, para intentar mover algo adentro tuyo.
¿Te animás a poner en práctica tu seguro contra malos días?
Eso es todo por hoy. Si llegaste hasta acá, me encantaría que me compartas en comentarios si te sirve este tipo de contenido y sobre qué tema te gustaría que sea el próximo artículo del blog.
Con amor, Mar
Acariciar a mi mascota me ayuda tb .. que importante darle lugar a esa conexión. Si creo que los días más perdidos son los que estamos desconectados del presente, consumiendo distracciones… parar es necesario. Gracias marce 😘
Hermosos Tips! Hacer gimnasia me ayuda y aún más ir a nadar. También el contacto con la naturaleza me re suma para ese “disfrutar” el presente. Gracias por hacernos reflexionar en ese “no permitir” a la mente.
Hacer alguna actividad artística o sentarme en una plaza o espacio con naturaleza me cambia por completo ese mal día. Aunque tenga 5 minutos juro que mi día da un giro.
Gracias Mar por tan hermoso tema !!