¿Por dónde empiezo a organizarme?

¿Qué es eso que harías si tuvieras una tarde libre?

Lo recuerdo muy bien: era noviembre de 2018, a penas habían estrenado en cines la película Bohemian Rhapshody y tuve una gran idea: «a penas tenga una tarde libre, voy a ir a verla «.

El día que llegó esa tan ansiada tarde libre, fui muy entusiasmada al cine a sacar la entrada. Icónica fue mi reacción cuando descubrí que la película ni siquiera estaba en cartelera.

¿En qué momento habían pasado tantas semanas o, quizás, meses? No sé cuántos fueron exactamente, pero sí sé que fueron los suficientes para haber perdido la oportunidad de hacer eso que tanto me ilusionaba.

¿Y vos.. alguna vez pensaste «qué bueno que sería hacer esto«, te olvidaste y..
cuando te volviste a acordar, ya había pasado la oportunidad de hacerlo?

Ese «olvido» no había sido un hecho aislado en mi vida, sino que -más bien- era una constante.

A decir verdad, esa anéctoda es la descripción más gráfica de cómo se veía mi vida antes de empezar a organizarme, y hoy quiero compartirte algo que me hubiera gustado saber cuando empecé.

Empecemos por el principio. Te invito a responder con absoluta sinceridad:

¿Qué es lo que sentís cuando pensás
en la posibilidad de organizarte?

Creéme: conozco muy de cerca los prejuicios sobre la organización, porque yo también los tenía. Estaba totalmente convencida de que las personas organizadas eran estructuradas y tenían la agenda llena de actividades inamovibles.

Mientras tanto, yo -que disfrutaba de las «ventajas de fluir en mi espontaneidad«- sentía que se me estaba pasando la vida sin siquiera poder hacer un poco de eso que quería hacer.

Fue absolutamente revelador cuando descubrí que:

La organización, bien entendida, no busca llenar la agenda de actividades, sino -por el contrario- liberar tiempo.

Organizarte te da aire para liberar tiempo. Cuando liberás tiempo, te alejás del caos. Cuando te alejás del caos, retomás el control. Cuando retomás el control, aparece la calma. Cuando aparece la calma, surgen momentos de exploración. Cuando te permitís explorar en la calma, fluir en tu creatividad es más fácil.

Entonces, quiero invitarte a indagar en la posibilidad de organizarte, utilizando como disparador la siguiente pregunta:

¿Cómo ser vería un día en mi vida ideal?

Tomate el tiempo que necesites para responderla.

Organizarte no significa planificar cada minuto, sino elegir cuidadosamente tus prioridades.

Tus prioridades son esas mismas que vienen a tu mente cuando pensás en la posibilidad de vivir un día en tu vida ideal. Son esas actividades que harías si, tal vez, tuvieras esa tan ansiada tarde libre.. que parece que nunca llega.

Pasaron ya 4 años desde que empecé a organizarme, y este año -incluso- me animé a certificarme en Gestión del Tiempo y Organización Personal, transitando un programa de formación de 6 meses.

Hoy por hoy, me agendo ir al cine muucho antes de que la película deje de estar en cartelera. Y.. no solo que disfruto muchísimo más de las «ventajas de fluir en mi espontaneidad«, sino que -además- ya no siento que la vida se me pase sin hacer eso que quiero hacer.

¿Y vos.. cómo te llevás con la organización?

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