En el avión, y en la vida real, primero estás vos.
Si alguna vez viajaste en avión, quiero que traigas un recuerdo a tu mente: cuando el avión está a punto de despegar, la azafata da las siguientes instrucciones «En caso de emergencia, ponete primero tu propia máscara de oxígeno y después colocásela a los demás«.
«Al igual que en una emergencia en un avión, en la vida real solo podemos ayudar a los demás cuando nos sentimos bien«.
Es cierto que no hay un listado oficial de hábitos para conectar con la vida que querés vivir, pero -si pudiera darte un consejo- sería: empezá por vos.
Y.. ¿por dónde empiezo?
Te regalo 2 preguntas que pueden ayudarte a descubrir por dónde empezar:
¿Qué necesito hoy?
Indagá cuál es esa actividad que, si la hicieras, te haría sentir mejor. A veces, es más simple de lo que creés.
Volvé a tus necesidades básicas: ¿me estoy alimentando bien? ¿estoy durmiendo la cantidad de horas que necesito para tener energía? ¿estoy haciendo ejercicio y moviendo mi cuerpo con regularidad?
¿Qué me divertiría hacer hoy?
Explorá cuál es esa actividad que, si la hicieras, encendería tu corazón. Para encontrarla, podés viajar al pasado o al futuro.
Hacé una lista de los juegos a los que te gustaba jugar en tu niñez o, de los recuerdos que te gustaría contar como hazañas en tu vejez. Incluí todas esas actividades que te gustaría hacer en algún momento de tu vida.
¡Ponete en acción!
Por último, buscá formas creativas para hacer realidad una de esas actividades hoy mismo.
Elegí una y pensá en su versión mínima. ¿Cuál sería la forma más fácil de hacerla? ¿Cómo podría hacerla sin dinero? ¿Y con la menor cantidad de tiempo posible?
Te desafío a transformarla en una pequeña acción que puedas hacer hoy, en 15 minutos.
Eso es todo por hoy. Si llegaste hasta acá, me encantaría que me compartas en comentarios si te sirve este tipo de contenido y sobre qué tema te gustaría que sea el próximo artículo del blog.
Con amor, Mar