¿Te animás a recordar cuándo fue la última vez que te sentiste en calma?
Quizás no fue mi última vez, aunque sí la primera que recordé al leer la pregunta: estaba sentada en la playa, sostenía con una mano un pincel y con la otra mi cuaderno, pero.. en verdad, toda mi atención estaba puesta en el color rojizo del sol, yéndose por el horizonte y volviéndose chiquitito.. hasta esconderse detrás del mar.
En ese instante, un pensamiento lo invadió todo: «podría vivir en este momento para siempre«.
Y es que, para mí, es ahí donde se esconde el primer secreto de «habitar en la calma«: transforma un pequeño y efímero instante en una eternidad. Es capaz de convertir un segundo ordinario en un recuerdo para siempre.
¿Y para vos.. qué significa «habitar en la calma»?
Tal vez, volver a hacerte la pregunta del principio podría ser un buen punto de partida. Entonces, te invito a preguntarte de nuevo:
¿Cuándo fue la última vez que me sentí en calma?
Intentá traer a tu mente cualquier recuerdo que puedas asociar con la calma. Si, cualquiera.. el primero que se te venga a la memoria.
Si te animás, podrías -incluso- intentar descubrir qué fue, específicamente, lo que podría haber convertido ese momento ordinario.. es un recuerdo de calma.
No tiene que ser perfecto, ni tampoco haber durado un día completo. Hay veces en las que algunos segundos son más que suficientes para «habitar en la calma». Y.. hablando del tiempo:
¿Alguna vez te detuviste a pensar
cuánto dura un segundo en la calma?
Seguro que alguna vez sentiste que un día tuvo más de 24 horas. Y es ahí donde, para mí, se esconde el segundo secreto de «habitar en la calma»: expande la percepción del tiempo.
Por lo tanto, si sentís que «te falta tiempo«, quizás podrías probar -antes de apurarte a intentar hacer más y más rápido- hacer una pequeña pausa.
Sí, te estoy proponiendo que cuando sientas que te falta tiempo te separes un momento para «habitar en la calma». Suena contraintiuitivo, ¿no?
«Habitar en la calma» es hacer lo que sea que te traiga al momento presente.
Posiblemente, cuando estás en el momento presente, salgas del piloto automático y puedas empezar a ver con más perspectiva. Al fin y al cabo, de nada te serviría ir a toda velocidad por el camino equivocado, ¿no?
Si la propuesta te resuena, te invito a que viajes al futuro y te preguntes:
¿Cómo se vería un momento perfecto de calma en mi vida?
Jugá con tus sentidos: ponele a ese momento distintos colores, sabores, sonidos, texturas y aromas, ¡lo que quieras! Es tu momento de calma, así que te desafío a soñarlo lo más ideal que puedas imaginarlo.
Decidir «habitar en la calma» es una de esas decisiones difíciles,
que hacen la vida más fácil.
Así que, si sentiste ganas de pasar a la acción diseñando esa experiencia -y ojalá así haya sido-, podrías preguntarte:
¿Cómo podría hacer realidad ese momento perfecto de calma en mi vida?
Mi momento perfecto de calma de hoy fue mirar la lluvia caer por la ventana, mientras agregaba nuevos temas a una Playlist de Spotify que podés escuchar haciendo click aquí. No solo que lo disfruté mucho, sino que me ayudó a salir del bloqueo y terminar de redactar esta entrada.