Animate a perder

¿Qué sentís cuando leés «me lo pierdo«? ¿Te da calma o la sensación se parece más al miedo?

La RAE define la palabra «elegir» como «Escoger o preferir a alguien o algo para un fin«. Y no, no es ninguna novedad: a las almas curiosas que tenemos muchas ganas de hacer cosas, nos cuesta elegir.

La paradoja es evidente: por un lado, las infinitas ideas de todo aquello que podríamos crear y hacer se reproducen en nuestra mente y.. por el otro, como un recurso escaso y finito que se va y se nos escurre, el tiempo.

Lo sé: querés hacer todo y todo al mismo tiempo y, te entiendo, porque a mi también me pasa. Sin embargo..

¿Creés que se puede hacer todo y todo al mismo tiempo?

En cierto modo, poder se puede. No obstante..

¿Alguna vez te detuviste a reflexionar cuál podría ser el costo que se esconde detrás de hacer todo y todo al mismo tiempo?

El costo podría no necesariamente ser económico. Muchas veces, el precio a pagar es mucho más sutil. Hay costos que son invisibles.

Algunos, ni siquiera los percibimos hasta que tocamos fondo: dormir menos de las 7 u 8 horas recomendadas, no nutrir tu cuerpo con los alimentos que le hacen bien, no tener tiempo para compartir con las personas que querés, no dedicarte tiempo de calidad a vos mismo para hacer esas actividades que te encienden, y la lista podría seguir..

Te preguntarás, entonces, qué tiene que ver el significado de la palabra elegir. Pues:

Elegir es perderse algo

Tal vez te resulte obvio, pero cuando elegís le decís que sí a algo y que no a otra cosa. Naturalmente, cuando elegís perdés eso que no elegís.

Ahora bien, cuando vos no elegís qué es lo que sí estás dispuesto a perder, lo que sucede es que la elección no es intencional, es automática. Lo más probable es que, al final, igual pierdas algo, de todas formas, aún cuando tu intención no esté allí.

Entonces, para descubrir qué es lo que podría esconderse detrás de ese «no elegir qué perder«, podrías preguntarte:

¿Y si.. por no elegir qué perder.. el que se pierde soy yo?

Dicho de otra forma:

¿Qué es lo que, en verdad, estoy perdiendo cuando no estoy dispuesto a perder?

Quizás, sí. Cuando vos no elegís qué estás dispuesto a perder, sos vos el que se pierde. Cuando vos no elegís, perdés tu poder de decidir.

Decidir si querés o no hacer algo, de qué forma querés relacionarte con los demás, con quién querés convivir o trabajar, cómo querés pasar tus días o vivir tu vida, a dónde querés viajar, en qué lugar querés vivir, cómo querés que se vea tu cuerpo y la lista podría ser infinita.

Elegir «bien» es un arte y sí, lo sé: puede ser muy incómodo hacernos cargo de nuestro poder de decidir. Pero..

¿Acaso no es más incomodo perderte vos y perder tu poder de decidir?

Más allá de la inmodidad, tomar la responsabilidad de elegir por vos mismo qué es eso que sí estas dispuesto a perder, para conservar aquello que no querés perder, puede ser muy gratificante.

Si creés que sí, entonces ¡animate a elegirte a vos!

Eso es todo por hoy.

¿Te animás a compartirme en comentarios alguna experiencia, reflexión o algo que hayas aprendido tomando la decisión de elegir? 

(¡Quizás podrías ayudar a alguien que esté en tu misma situación!)

Con amor, Mar

2 comentarios en «Animate a perder»

Responder a Te regalo una pregunta Cancelar la respuesta

Te regalo una pregunta
Sitio protegido por Google reCAPTCHA. Ver políticas de privacidad y términos de servicio.

Desarrollo Web Efemosse