¿Qué es lo que estás esperando que suceda para animarte?
Lo recuerdo bien. Era un sábado caluroso de diciembre de 2019 y ahí estaba: en una feria comprando un regalo de fin de año. Eso era todo lo que había ido a hacer a ese lugar, hasta que algo sucedió y lo cambió todo.
Me dí vuelta y lo ví. Me llamó tanto la atención que me quedé parada por varios minutos como una niña asombrada: era el puesto de Acuarelas Brunel (un stand de acuarelas artesanales en cajitas de lata llenas de caracoles de mar).
Me moría de ganas de comprarme todas y empezar a pintar ese mismo día, pero mil excusas me convencieron de que ese no era el momento perfecto: desde la falta de tiempo, hasta la falta de habilidades.
Fueron tantas mis excusas que, al final, ese día no me animé.
Es, justamente, sobre animarte a hacer eso que querés (o tenés que) hacer que quiero invitarte a reflexionar hoy.
Volvamos, entonces, a la pregunta del inicio. Te invito a responderla, nuevamente, aunque ahora con el mayor nivel de detalle que puedas:
¿Qué, específicamente, es lo que estoy esperando
que suceda para animarme?
No te limites a mencionar simplemente palabras genéricas como «tiempo» «dinero» «habilidades» «talento» «confianza«. Te propongo que, si te animás, vayas mucho más profundo.
Quiero desafiarte a indagar adentro tuyo tanto como lo necesites. Tanto, hasta que >haga click< y sientas que encontraste ese momento perfecto en el que, finalmente, vas a poder decirte a vos mismo:
«Ahora sí, este sí es el momento perfecto
para animarme a hacer eso que quiero (o tengo que) hacer».
Te regalo algunas preguntas que, quizás, podrían ayudarte a ser más específico en tu respuesta:
¿Cuánto tiempo sería suficiente? ¿Años, meses, semanas, días, horas?
¿Cuánto dinero me alcanzaría?
¿Cuánto talento o habilidades estaría bien tener?
¿Cuánta confianza en mí mismo necesitaría para animarme?
Y, ahora, quiero desafiarte a que te permitas dudar:
¿Es necesariamente así o existiría otra posibilidad?
¿Con cuánto menos podría, al menos, empezar eso que quiero hacer?
Y, una última pregunta que, tal vez, lo cambie todo:
¿Qué es lo que pasaría si eso que estoy esperando
que suceda, al final, nunca sucede?
Dejame compartirte cómo terminó la historia.
Entre ese diciembre de 2019 y aquel marzo otoñal de 2021, en el que -finalmente- me animé a empezar a pintar, pasó una pandemia. El tiempo y las habilidades nunca aparecieron. El momento perfecto nunca llegó. Lo único que sucedió fueron mis ganas de animarme a pintar.
Si supieras que estar vivo, en este momento, leyendo estas líneas, es motivo suficiente para considerarlo perfecto para animarte, quizás te animarías.
Si tan solo te dieras cuenta que, de todas las posibilidades que existen, es realmente un regalo maravilloso que habites en este mismo instante, quizás te animarías.
Hay algo que, probablemente, a esta altura ya intuyas:
El único momento perfecto para animarte
a hacer eso que querés (o tenés que) hacer es ahora.
Tu vida ya está sucediendo hoy y ahora. Como vivís tus días, vivís tu vida, y no vas a vivir para siempre. Así que, me encantaría que me compartas:
¿Qué sucedería si hoy te animaras a
dejar de postergar el momento de empezar?
Gracias marce me llevo la pregunta en el corazón ❤️ abrazo